23 Dic Personas tóxicas: cómo son y cómo tratar con ellas
A nivel familiar, en el trabajo, en la facultad, entre los amigos, etc., todo el mundo conoce o ha conocido a una persona de difícil trato, negativa o “tóxica”, pero pocas personas saben tratarlas adecuadamente.
Hablaremos de personas como comportamientos tóxicos evitando personalizar las acciones ni etiquetar para analizar sus características con mayor objetividad.
Nos referimos a personalidad al conjunto de pensamientos, sentimientos y modo de comportarnos estables a lo largo del tiempo. Esta forma de ser y de percibir la realidad está influídas entre otras, por las pautas educativas en la infancia o por las experiencias que nos van ocurriendo.
Podíamos decir entonces que las personas, presentan un estilo determinado de entender y percibir la vida, más introvertido, extrovertido … dando lugar a comportamientos más adecuados o menos en muchas ocasiones ante personas o situaciones concretas.
¿Cómo es una persona con comportamiento tóxico?
Las personas con comportamiento tóxico son aquellas que presentan carencias en habilidades sociales o relacionales, es decir, en las interacción con otras personas.
Personas con una marcada falta de empatía y de asertividad, que “van sembrando malestar”, provocando inquietud, incomodidad, tensión,etc.
Los comportamientos que pueden indicarnos que nos encontramos ante una persona con comportamiento o actitudes tóxicas son:
- · Controla las situaciones o a las personas
- · Manipulan emocionalmente
- · Emplean el chantaje para conseguir algo
- · Desprecian, culpan
- · Eluden responsabilidades de conducta, de pensamiento…
- · Son negativas
- · Son victimistas, se quejan continuamente
- · Faltan el respeto
- · Se resisten a cambian o a entender otros puntos de vista, etc.
No hacen falta que se den todas estas formas de actuar para considerar a una persona “tóxica” .
¿Pueden cambiar las personas tóxicas?
En la base de este comportamiento dañino y desadaptado, encontramos en consulta a personas con marcada inseguridad, baja autoestima, un nivel educativo empobrecido, inflexibilidad de pensamientos y roles fijos y estereotipados que las llevan a necesitar llevar la razón o a envidiar los éxitos de las personas que las rodean.
En función del grado en que se den estas conductas, más o menos generalizadas o en un ámbito concreto, con todas las personas o de forma selectiva podrán ser corregidas y moldeadas con apoyo psicoterapéutico para mejorar las relaciones sociales sin provocar malestar en el interlocutor.
Si esta manera de pensar , de percibir el mundo o de relacionarse están muy arraigadas difícilmente cambien ya que no admitirán la necesidad de cambiar ya que se basan en creencias erróneas sobre la identidad, el rol que se ha de desempeñar, o la falta de ajuste obedece a rasgos de personalidad relativos a un trastorno. Hablaríamos por ejemplo, de personas raras, paranoides, histriónicas o inestables.
¿Cómo sobrevellevar a una persona tóxica?
Lo ideal sería elegir quien nos aporta y con quien nos apetece relacionarnos pero no siempre es así.
En ocasiones tenemos que convivir, trabajar o compartir momentos con personas que nos sacan de nuestras casillas casi automáticamente. En estos casos hay que tener claro:
- No personalicemos. La persona se comporta así y puede no ser consciente del daño que hace
- Nos comunicaremos de forma empática haciendo ver a esta persona que entendemos su punto de vista aunque no la compartimos
- Actuaremos desde la asertividad, expresando nuestras opiniones pero defendiendo nuestros derechos, de forma cordial (no agresivamente).
- Hay que llegar a un punto favorable para ambos interlocutores, en caso contrario, si sentimos que no somos tratados con respeto se lo haremos saber de forma clara y directa y terminaremos la conversación
- Una retirada a tiempo es una batalla ganada para nuestro bienestar y equilibrio interior.
Frente a un comportamiento tóxico hay que entender que esa persona puede no saber hasta dónde puede llegar con nosotros y habrá que indicarle cómo queremos que nos traten, sin ser nosotros permisivos, dependientes o responder siempre de forma pasiva o evitando el conflicto ya que ante la actitud de esa persona tóxica se incrementará nuestro malestar interior y sentimiento de culpa .
En nuestra mano está la doble labor del respeto hacia nosotros y la psicoeducativa hacia esa persona con comportamiento tóxico donde en la mayoría de los casos el mantener cierta distancia y los límites de hasta dónde pueden llegar con nosotros serán claves para esa convivencia.
De nosotros no depende totalmente una buena relación con esa persona, pero sí el gestionarla para que no nos sintamos manipulados o chantajeados. A veces, lo más sano es mantener un trato cordial pero superficial y distante.
Dejamos el siguiente enlace de la participación de Araceli Ortega sobre Comportamientos Tóxicos en el programa de radio La Voz de Vida