ORTEGA PSICOLOGÍA EN EL PROGRAMA MÁLAGA SALUDABLE TV

ORTEGA PSICOLOGÍA EN EL PROGRAMA MÁLAGA SALUDABLE TV

 

Hablamos de la importancia de la gestión emocional en niños y adultos ante una situación complicada.

Ortega Psicología ha participado hoy en el programa Málaga Saludable de Canal TV Málaga. Hemos ofrecido pautas saludables para gestionar el estrés, los contratiempos del día a día y el afrontamiento de situaciones de pérdidas físicas, simbólicas o personales que nos pueden sumir en un proceso de duelo.

Cuando a una persona  le sobreviene una pérdida de trabajo,  una enfermedad repentina  como un cáncer o un tumor, una pérdida de movilidad tras un accidente de tráfico, una ruptura amorosa o una separación matrimonial complicada, entre otras, inicia un proceso psicológico de asimilación de esa pérdida. Además de necesitar recomponer su mundo interno y reorganizar el externo deberá hacer frente a un proceso en el que sentirá intenso dolor, sentimientos de culpa, desolación, rabia, tristeza, incredulidad o vacío angustioso para los que la única cura es transitarlo.

Lejos quedó ya la perspectiva de que el duelo es un proceso pasivo y universal por el que todos pasamos irremediablemente de forma rígida. Actualmente sabemos que recomponerse frente a una pérdida es una labor activa y personal, propia para cada individuo, que no está limitada en el tiempo y que depende de la realización de un trabajo interno de aceptación de la nueva realidad que a veces no es elegida, la experimentación y el trabajo en el dolor, el aprender a vivir con esa ausencia y a sustituir la presencia física en una interiorización simbólica.

La diferencia fundamental entre este tipo de pérdidas instrumentales o simbólicas frente a la pérdida de un ser querido viene dado por la intensidad de los sentimientos, el carácter irreversible de dicha pérdida o los pensamientos sobre la propia finitud. En este sentido como hemos visto, la elaboración del duelo va a depender del trabajo interior que se realice y no tanto del tiempo que transcurra desde que se originó

Actualmente  la falta de conciliación, el valor de lo inmediato, la poca tolerancia a la frustración o la falta de comunicación son valores que imperan en la sociedad  y no ayudan a contextualizar a los contratiempos como parte de la vida. La persona, bien por sus características personales y/o por el apoyo familiar y social del que pueda disponer tiene en su mano la capacidad de afrontar situaciones complicadas desde su trabajo interior. Debemos educar desde el ámbito familiar en la gestión emocional,  la resolución  de conflictos o la solución de problemas para promover en la persona  actitudes resilientes  y de crecimiento personal ante la adversidad.

La evidencia empírica constata que detrás de gran cantidad de trastornos físicos o psíquicos como  problemas gastrointestinales, dificultades para dormir, ansiedad, depresión, pensamientos obsesivos, fobias, abuso de alcohol o psicofármacos o trastornos de estrés postraumáticos, puede haber procesos de duelos subyacentes.

Y aunque la tendencia es de solicitar en atención primaria medicación para “atenuar” el malestar la evidencia demuestra que no hay pastilla que amortigüe el dolor de una pérdida significativa sino el propio acto de “dolerse” y recomponerse. El tratamiento psicofarmacológico no es eficaz para disminuir o eliminar este dolor sino de forma paliativa para tratar sintomatología ansiosa o depresiva, por ejemplo.

Las intervenciones psicoterapéuticas ofrecen los mejores resultados pasados los primeros momentos de shock inicial y la persona ha de ser consciente de solicitar esa ayuda. Las intervenciones tempranas son adecuadas en caso de complicarse o patologizarse un duelo, por ejemplo, cuando la persona aunque haya transcurrido un tiempo manifiesta emociones muy intensas con la misma intensidad y/o frecuencia sentimientos de vacío interior, desolación desconsuelo, momificación, ideación suicida, sintomatología física o conductual enmascarada, abuso de psicofármacos o de drogas, dolor y añoranza muy intensos, presenta cambios radicales, culpa intensa, inutilidad, abandono del autocuidado o conductas autodestructivas.

(Recordamos que la mayoría de las personas afrontan cualquier  pérdida por sí misma con el apoyo de la familia y el entorno social o laboral).

El papel del profesional de la psicología es de facilitar el procesamiento y asesorar frente a aspectos puntuales como actitudes negativistas, aceptación, vacío interior y pena ayudando a la persona a gestionar emocionalmente la situación y en casos de duelos más complicados  el ayudar a la persona con técnicas más especializadas para los problemas concretos de tipo ansioso, depresivo, obsesivo, suicidio,etc., a través de un abordaje psicológico cognitivo –conductual ya que es la terapia que ofrece mejores resultados a corto y largo plazo  junto con otros enfoque complementarios humanistas, construccionistas, integrativos y relacionales ,etc.

Detectar en la población infantil, según la edad, conductas regresivas o cambios bruscos de comportamiento, actitudes negativistas y/o desafiantes, alteraciones conductuales, irritabilidad, exploxiones de ira, maltrato, problemas gastrointestinales, problemas para dormir, consumo precoz de drogas o prácticas sexuales de riesgo nos pueden indicar que puede haber detrás un duelo no resuelto.

Trabajar desde la infancia el afrontamiento de las dificultades evitará que el niño o niña crezca con mayor vulnerabilidad para trastornos psicológicos posteriores.

Por último destaca Araceli Ortega que además de contar con terapia psicológica individual por un profesional especializado, tan necesario y complementario es un abordaje grupal como el que se realizamos en la Asociación Alhelí  Málaga con terapias grupales para las personas dolientes.

Ortega Psicólogas Málaga